Cuando la Serpiente primigenia, el Demiurgo, el Logos Causal, inició su movimiento reptil en los albores del Mahamanvantara, no se escuchó nada más que el llanto, la súplica y la lamentación de las almas que iban a encarnar.
En los albores del Mahamanvantara, la Serpiente Kundalini hizo que los dioses lloraran.
El Logos Causal Yaldabaoth contiene en su mente divina todas las causas kármicas que originaron la existencia de este universo.
Así, cuando ese Gran Ser que es Kundalini Shakti comenzó a mover su energía reptando como una serpiente sobre la faz de las aguas, no había nada más que el llanto y el lamento de los dioses por la caída.
Poco a poco, la luz increada del Absoluto comenzó a retirarse de los dioses repudiados, así Yaldabaoth y toda su cohorte de ángeles y arcángeles reptiles fueron cayendo en esta masa de sombras universales que es la materia.
Por eso, cuando del Gran Logos que se expresa como electricidad serpentina en todo lo existente emanó de dentro de sí mismo el Logos del sistema solar y los siete genios planetarios (Kundalini y los 7 Chakras), no se escuchó más que un llanto amargo por el descenso de la almas a cuerpos físicos con espina dorsal de serpiente y cerebro reptil.
Cuando los dioses fertilizando la materia caótica con el fuego de la Serpiente Kundalini comenzaron a tejer las existencias, no se escuchó más que un llanto amargo.
Los dioses lloraron en su salida del Edén Absoluto.
Lloraron por la luz increada que ya se había convertido para ellos en tinieblas, Yaldabaoth se justifico diciendo: "No soy culpable; soy inocente", etc.
Los dioses cayeron cuando la Gran Madre Kundalini Shakti les robó el fuego.
Entonces, la Gran Madre Pistis Sophia Kundalini brilló de placer con los Protogonos universales.
Esta es la enseñanza que da el despertar de la Serpiente Kundalini, esta es la revelación de los misterios y de las verdades escondidas en silencio a las almas encarnadas en los hijos del hombre.